viernes, 20 de febrero de 2015

En busca de la paz mundial y la buena comida.


Esta es la corta historia de dos grandes mujeres, las cuales me dieron el placer de hospedarlas y me hicieron recordar que allí afuera, por el mundo, existen personas increíbles con las cuales compartir una comida o un paseo puede ser revitalizador, personas que comparten su fuego interior y lo llenan a uno de alegría, ganas y coraje.




Sus nombres son France y Marine, se quedaron en mi casa dos noches y un día, en los cuales tuvimos el gusto de hacer un buen intercambio cultural, idealístico y culinario.

Ellas prepararon unos ricos fideos con zanahoria y cebolla, y una sopa de cebollas, sacaron a relucir todos esos condimentos que tengo de adorno en casa y crearon comida digna de los dioses.

Les fascina explorar y conocer la verdadera comida de los diferentes países, están interesadas en conocer a nuestras abuelitas y sus recetas a las cuales le dedican todo su tiempo y amor.




A Marine le encanta hablar, aprender, explorar y pensar, siempre esta dispuesta a aceptar otras miradas, otros puntos de vista. Contagia esas ganas de salir a explorar el mundo y de superarse que aveces se pierden en la rutina.


France es periodista culinaria y está viajando por el mundo con el fin de ver como la comida permite la interacción entre personas y como una simple sobremesa puede solucionar cualquier problema, además ve a la comida como un medio para logar la paz.

Al ver como ella supera sus "problemas", enfrenta el día a día y trabaja de lo que le gusta (Escribe, come y viaja por trabajo!) nos demuestra que aquel que se esfuerza y lucha por lo que quiere finalmente lo conseguirá.


Gracias chicas, voy a estar eternamente agradecido, espero que la vida nos junte nuevamente.

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