miércoles, 25 de febrero de 2015

Sajama: Un pueblo perdido en las montañas

Luego de mi paso por La Paz y por esas casualidades del viaje termine uniéndome a la ruta de unos franceses que iban a una ciudad, la cual nunca había escuchado nombrar en un parque nacional en medio de la nada lo cual me pareció genial!

La única forma de llegar es tomar una trafic que sale desde la mita de camino entre La Paz y Oruro al mediodía, si se pierde esa trafic hay que esperar hasta el otro día para poder ir.




El viaje no es muy largo y la mayoría del trayecto es por asfalto.
Durante el viaje se puede apreciar un bello paisaje.



¿Qué hacer en Sajama?


 


Disfrutar de la tranquilidad y desconectarte del mundo.
La población del pueblo no debe superar los 200 habitantes, todo el mundo es amable y te saluda. En la tarde se puede escuchar a los chicos jugar pero más allá de eso no hay ningún otro ruido, lo cual es perfecto para aprovechar, sentarse y dejar fluir los pensamientos.







"Géiseres"
A unos 10 u 8 kilometros hay unos Géiseres, en el momento que yo fui no salen chorros de agua, solo están calientes y sale vapor, igualmente son bonitos.  
Ojo! llevar linterna o volver temprano, cuando yo volvía se me hizo de noche y no podía ver ni a 1 metro de distancia, todo estaba completamente negro por esto me metí a un pantano y casi me caigo en un pozo bastante profundo. Tuve que pasar hora y media caminando casi arrastrándome con la poca luz que la pantalla de la cámara de fotos me brindaba. Al pueblo llegue porque esté tiene un faro que dejan encendido toda la noche, si no fuera por eso no creo que no estaría acá contando esto.
Una vez que llegue al pueblo, no podía encontrar la casa donde me hospedaba ya que casi no había luz, luego de comprar un poco de comida y dar unas cuantas vueltas al pueblo pude encontrar la casa. Me desvestí, seque, acosté y comí, con un sentimiento de alivio y paz, mi integridad física ya no estaba en juego.
















Laguna y aguas termales
Esto queda más lejos aun, nosotros por suerte nos cruzamos una pareja japonesa que andaba en una camioneta y nos pudo llevar, supuestamente había flamencos, yo no vi ninguno.




Además de hacernos la onda y llevarnos por la laguna y compartirnos unos chocolates japoneses, muy ricos, al día siguiente nos hasta el pueblo en el que se puede tomar un colectivo para ir a Oruro.



Hay un par más de actividades, como visitar un bosque, pero la verdad que ya estábamos medios cansados, aburridos y hartos de tanto frío, por lo que no hicimos mas nada y al tercer día regresamos a la civilización.

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