¿Cómo
nació la
idea del viaje?
La
verdad es que hacía
tiempo que tenía
en mente, ya desde cuando empecé
a
estudiar enfermería,
incluso antes, el hacer algún
tipo de trabajo de corte social, involucrarme con el mundo que me
rodea. Está
bien
la idea de hacer donaciones de dinero, supongo, pero a mi entender,
no tiene gran sentido, cuando es bien sabido que esos aportes
económicos,
no acaban llegando enteramente al destino que merecen.
Trabajo
de camarero en un pub de un pueblecito de North Yorkshire llamado
Masham y una tarde, uno de los clientes habituales, hablando acerca
de mi manía
por correr y hacerlo recaudando fondos para La Esperanza de Granada,
se sembró la
semilla del viaje. Stef, mi amigo y casi mecenas, es dueño
de una tienda de bicicletas y patrocina un equipo de descenso de
montañas,
Cycopath Cycles (la primera cuña
publicitaria, tenía
que ser para él,
jajaja) y no se ni como, pero le salió
del
alma decir que me patrocinaría
y me ayudaría
como buenamente pudiera. Que le parecía
fenomenal lo que estaba por hacer en Nicaragua, pero que por qué
no
le daba una idea más
grande a mi aventura.
Sabía
de lo que hablaba, puesto que ya tiene costumbre de empujar a otros
ciclistas a hacer cosas grandes y luego disfrutar de ver como van
aprendiendo. Se puede decir que esto es como una de esas grandes
historias de las películas,
en una barra de bar y con un “
no
hay huevos” de
los que, realmente, mueven el mundo.
Cerca
de 8 meses después,
aquí estamos,
escribiendo y explicando en qué
lío
maravilloso ando metido, tratando de hacer, de esto, la mayor sonrisa
que pueda lograr.
Cuéntame
de tu enfermedad. ¿Cuándo
te diagnosticaron? ¿Cuál
es el pronóstico?
¿Cómo
ha cambiado tu vida?
Lo
que llevamos en los genes de la familia es una mutación
de un gen, llamada Poliposis Familiar Múltiple.
Esto es que, a lo largo del tubo digestivo, van apareciendo una serie
de bultitos (pólipos),
que tienen la habilidad
de
pasar de ser simples bultos a ser tumores.
Papá
tuvo
cáncer
de colon y al parecer, la abuela y tíos,
fallecieron de ello mismo. Él
está
recuperado,
lo cual es gran noticia, porque luego, gracias a todo el lío,
se dieron cuenta de la carga genética
y con unos 13 años,
empezaron las pruebas, fondos de ojos para confirmar el gen, más
adelante, colonoscopias, rectoscopias y todas las pruebas invasivas
que eran necesarias para asegurarnos que no nos pillara el toro.
Viene a ser que hay que ir por delante de la enfermedad. Yo nunca he
tenido cáncer,
pero era una certeza, que lo acabaría
desarrollando, debido al número
de pólipos
en estómago,
colon y recto. Por tanto, la opción
de la cirugía
profiláctica
(en previsión),
era la única,
si no queríamos
correr el riesgo de desarrollar algo tan peligroso como es el cáncer
que todos conocemos.
El
pronóstico
de esta enfermedad es realmente bueno, siempre y cuando, se vayan
anticipando los controles a las mutaciones de los pólipos.
Puede sonar a salvajada (que en cierta manera, lo es), pero el operar
en avance, es lo único
que se puede hacer. Existe medicación
que retrasa el avance de los pólipos,
pero por el momento, es algo temporal, así
que
tampoco tiene mucho sentido. Una vez te recuperas de las operaciones,
si tienes cierto espíritu
de lucha, de querer ir más
allá,
de no dejarte abandonar, se pueden hacer cosas maravillosas. Cuesta.
Mucho. Es un camino realmente duro, por eso, vale la pena recorrerlo.
Mi
vida no se si ha cambiado, me atrevería
a decir que no, que simplemente me he ido adaptando, puesto que, mi
desarrollo como persona, la adultez, ha venido acompañada
por pruebas, médicos,
hospitales y es algo que siempre ha formado parte de mí.
No ha sido algo violento, de hecho, no me llego a plantear la vida si
no hubiera pasado por todo esto. En cierta manera, casi que puedo dar
las gracias, a lo que me ha ido sucediendo, porque me ha forjado de
manera diferente a lo que puedo ver a mi alrededor.
¿Por
qué
decidiste
ser enfermero?
¡Esta
pregunta es sencilla! Jaja. Esto no es algo que decidiera sino que,
entre mi curiosidad natural por la ciencia y el tiempo pasado entre
hospitales, pues acabó
por
devenir. Me di cuenta de que me gustaba sentirme cuidado y como lo
hacían
con humor y quería
ser así.
Intenté apretar
para entrar en medicina, en la universidad, no lo logré,
pero encontré
unos
estudios que acabé
amando
desde mis primeras prácticas
en el hospital, curiosamente, en la unidad de Cirugía
Digestiva de la Vall d’Hebrón
de Barcelona. Curar y cuidar es algo serio y aunque siempre esté
riéndome,
creo ser un tipo serio, así
que,
supongo que fue cosa de la insistencia del destino, de que yo pasara
tiempo en hospitales y pudiera cuidar, con el punto de vista del que
ha sido cuidado.
¿Desde
cuándo
practicas deporte?
Desde
pequeño,
ya jugaba a baloncesto, nunca he sido fan de los deportes populares y
masivos, frontón,
bicicleta. Mis padres ya pueden decirte que era un niño
muy pesado, siempre activo y haciendo cosas, así
que
era una buena manera de quemar energía.
Me ha parecido siempre algo importante, puesto que asienta la cabeza
y permite ver las cosas con calma. Llevo corriendo desde hace un año
y medio y me encanta, es el deporte perfecto para mí,
puesto que no hay contacto físico
con el que me puedan dañar
y aparte, me permite no pensar en nada y estar concentrado. ¡En
un año
y medio, he pasado de correr 4km y acabar sonriendo y exhausto, a
correr, la semana pasada, un trail running de 32km en unas 4h29’!
Y encuentro que, conforme me aparece un límite,
la mente, me pide superarlo y eso, se vuelca en la vida diaria y es
genial. ¿Lo
de la bici? Pues ha sido algo realmente reciente, pero que pienso
disfrutar al máximo.
¿Cómo
crees que tu historia y tu viaje van a impactar a las personas?
Tan
simple como esto: “¿Cómo
puede ser que este tío,
medio vacío
por dentro, siga sonriendo y empujando por hacer algo que no debería
ser así?
Debería
estar tranquilamente en casa, cuidándose
y disfrutando de una vida tranquila.”
El
tener mis condiciones físicas,
mi historia y sobretodo, mi alegría
por enamorarme de la vida diariamente, estoy seguro de que pueden
empujar a aquellos que están
pasando un mal rato. Porque yo he pasado ese mal rato, he estado en
esa cama de hospital, bien jodido y soñaba
con ser como aquellas personas libres que vivían
felices haciendo lo impensable.
Ahora,
soy una de esas personas que hacen lo impensable, una de esas en las
que me fijaba. Ojalá
pueda
sacar unas cuantas sonrisas, con esto, para empezar. Así
seguiré
animando
a hacer estas y otras locuras.
¿Hace
cuánto
vives en Inglaterra? ¿Dónde
naciste?
Llevo
en Masham cerca de un año
y dos meses y estoy enamorado de este pedazo de tierra perdido en la
nada, del mundo. Se que en España
hay sitios, como mínimo,
como este. Ya los disfrutaré,
seguro, pero estoy aquí
ahora
y es un lugar maravilloso. Como me dijo un amigo al poco de llegar,
“ya
verás,
este sitio se queda un pedacito de tu corazón”.
Nací
en Valencia,
pero aquellos que me conocen de toda la vida, saben que soy un hijo
de Benimaclet, un barrio humilde de Valencia,
con una manera diferente de ver la vida. Tranquilo, un pueblo dentro
de Valencia,
en el que se sigue jugando con la pelota en la plaza.
¿Qué
dicen
tus amigos y tu familia de la travesía?
No
somos conscientes, ninguno, de lo que se nos viene encima. Es algo
que, como todo en mi vida, cuando llegue, empezaremos a valorar sobre
la marcha. Mi madre está
asustada,
como buena madre. A la par que tremendamente orgullosa. Mi padre no
es de mucho hablar, pero no me ha dado un sermón,
¡así
que
asumo que está
de
acuerdo! Jajaja
Mis
amigos, la familia escogida, están
pendientes de ver como va yendo la cosa, pero están
contentos por mí,
porque han vivido en primera persona, todo por lo que he pasado. Diré
lo
que todos pueden decir, pero es verdad. ¡TENGO
LOS MEJORES AMIGOS DEL MUNDO! Un par de ellos, de hecho, hasta llevan
como yo, tatuado, mi estómago.
Aparte de todos ellos, está
una
persona pequeñita
que me ha ayudado a marcar ciertos objetivos, una meta, para volver a
casa. Aquí es
cuando me sale la sonrisa boba y pienso, madre, hay un año
casi de por medio, que será
duro
y complicado, pero que cuanto más
lo pienso, más
me vale la pena, el querer hacerlo, para volver a casa.
¿Qué
complicaciones
afrontarás
teniendo en cuenta tu condición
médica?
Sobretodo,
el tema del agua, es lo que hay que tener más
en cuenta. Al no tener colon, que es el que se encarga de absorber el
agua, pues necesito bastante más
de lo que cualquiera de vosotros, necesitáis.
Así que,
tocará cargar
con muchos litros, por lo que pueda pasar. Lo demás,
pues es ir con calma y cuidado, comiendo constantemente. Pero no es
algo que sea una gran complicación,
ya que estoy muy concienciado con ello. Hasta en las carreras que
hago, paro para comer, ya sean plátanos,
barritas, lo que sea. Lo importante es siempre, saber cuales son tus
limitaciones para poder jugar con ellas.
¿A
qué le
tienes miedo?
A
nada. A todo. Y es eso mismo es lo que me motiva. Soy como un niño
pequeño,
la curiosidad me mueve. No se lo que hay a la vuelta de la esquina y
solo quiero descubrirlo. Se que lo voy a pasar genial y lo voy a
pasar fatal. Va a ser realmente duro, pero ¿qué
es
sino, la vida? Ha sido mi elección,
porque podría
quedarme aquí,
correteando por la montaña,
siendo uno más.
Mira, eso. Eso me da miedo, ser uno más.
Creo que es eso, lo que me motiva a seguir creando mi propio camino,
alejado de cualquier intento de rutina.
¿Qué
es
lo primero que te gustaría
hacer cuando llegues al final de tu viaje?
Se
lo que va a suceder, que voy a romper a llorar, como cada vez que
llego a la meta de un reto más,
de los que voy venciendo.
Es
complicado imaginarlo, pero me gustaría
que en el cartel de “El
Fin Del Mundo”
que
se encuentra en Ushuaia, estuvieran mis padres, mi hermana Gracia,
mis amigos, gracias a los cuales, soy lo que soy, ahora, por ser
impertinentes y empujarme lejos de cualquier rastro de enfermedad.
Que estuviera Stef, ¡cree
que moriré por
el camino jajaja! Y sobretodo, ella, porque no hay mucho sentido en
la vida, si no puedes compartirla de manera especial con alguien,
aparte de compartirlo todo con todos. Tener mi rincón
dentro de tanto bullicio, para dos.
Difunde su viaje en twitter!
7000km sin estómago, colon ni recto. Acampando y en bici, desde Nicaragua a Ushuaia, por el cáncer. ¿Me ayudas? https://t.co/zaPZiX3NFz
— Max Planck (@dualcillo) junio 28, 2015
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