Luego de mi paso por Lima llegué a Ica, una ciudad que me habían recomendado visitar pero en la cual no tenía idea con lo que me iba a encontrar.
Me iba a hospedar en la casa de otro huésped, pero nunca encontré su casa, luego de meterme en un barrio peligroso y llevarme un susto, termine en la Huacachina, un oasis que esta a cinco kilómetros de Ica, en medio del desierto, uno de los mejores paisajes que he visto en mi vida.
Un paraíso desconocido, si bien hay turistas, no está abarrotado de gente.