domingo, 6 de noviembre de 2016

¿Cómo es vivir en un hotel?

¿Quién no ha imaginado alguna vez cómo seria vivir en un hotel? Una vida de lujo con gente que esta para servirte, desayuno listo, sabanas perfumadas todos los días, etc, pero la realidad esta lejos de lo soñado. Gracias a que conseguí un nuevo trabajo, tuve que mudarme y vivir casi 1 mes en un hotel, por lo que hoy desvelaré mitos y realidades de esta experiencia.




Para ponerlos en contexto, fue un hotel viejo de 4 estrellas, piscina, gimnasio y desayuno buffet. Los primeros días este ultimo servicio fue un lujo, comía hasta reventar, desayunaba dos veces, una vez bien temprano y otra a media mañana, a veces devoraba tanto que no me daba hambre hasta entrada la hora de cenar.


Después de unas semanas te cansas de comer tanto y empezás a desayunar moderadamente.

La piscina y el gimnasio son otras de las cosas geniales que tiene vivir en un hotel, aprovechaba cada tiempo libre que tenía para usar estas instalaciones, sobre todo el gimnasio.


Llegar a tu habitación y tener todo limpio, ordenado y perfumado por "arte de magia" es maravilloso, aunque hay que pagar su precio en privacidad, ya que el personal de limpieza puede aparecer en cualquier momento, me ha pasado de estar bañándome o durmiendo una siesta y que hayan entrado a mi cuarto. El servicio de limpieza puede también traerte problemas con tu sentido de seguridad, personas desconocidas limpian todos los días tu "casa", y si bien existen las cajas de seguridad, no se compara con la seguridad del hogar.


Otra de las cosas negativas es que los hoteles, en su gran mayoría, están diseñadas para estancias cortas y placenteras, al estar un tiempo prolongado se pueden ver los "bugs" del sistema, por ejemplo me cambiaron dos veces de habitación, lo que significo tener que empacar y mover todo.

Pero lo más molesto, a mi entender, es la imposibilidad de cocinarte tu propia comida, ya que vivir a base de comida comprada cansa.


Otro punto critico es la gente, en un hotel todos son amables pero por compromiso, escuchar más de un "hola, buenos días"es casi imposible, por esta razón es que prefiero los hosteles, donde la gente es más simple y simpática, donde cualquiera te habla y se interesa por vos, tus costumbres y cultura, lo que te lleva al final del día a conectar con muchísimas personas de todos partes del mundo.

En definitiva, es una experiencia que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas y que dependiendo el tipo de persona que sos, le podes sacar o no provecho, lo que queda claro es que su precio no lo vale.

No hay comentarios:

Publicar un comentario