En general el intercambio fue una buena experiencia, me sirvió muchísimo para crecer en lo personal y para conocer otros modos de vida. Estuve viviendo con una familia anfitriona la cual estaba compuesta por un matrimonio, sus hijos ya están casados y no viven en la casa. Por suerte compartí casa con un chico de Chile, lo que ayudo a que no este tan solo en la casa.
Vivir con una familia tiene sus pros y sus contras, pude conocer más las tradiciones y comidas pero por otro lado me aburrí mucho por motivos que contaré más abajo.
Plaza de armas, Arequipa.
International dinner, todos prepararon una comida típica de su país..
Adobo, una especia de sopa de cerdo, que se como en el desayuno.
Si bien ya conocía el sur de Perú, pude conocer mejor la ciudad y la zona.
Vistas que se pueden encontrar en Arequipa.
Académicamente no me sirvió sino todo lo contrario, me atrase un poco. No sé si justo hice las materias fáciles o la educación en general en Perú es bastante floja, la cosa es que no estudiaba ya que me resulto muy fácil hacer los cursos, lo cual después de dos meses, cuando todo se volvió rutinario y deje de conocer cosas o gente nueva todos los días, el no tener cosas en las cuales mantenerse ocupado me jugo en contra. Nunca en mi vida tuve tanto tiempo libre por lo que aveces no sabía cómo manejar esa situación y me aburría bastante. Igual no creo que nadie tenga como motivo primordial lo académico cuando se realiza algún tipo de intercambio como este.
Para finalizar puedo decir que vale totalmente la pena hacer un intercambio, tanto si la pasas mal como si la pasas bien. Un intercambio te enseña muchas cosas que nada más lo puede hacer, te da la posibilidad de crecer, desarrollarte y evolucionar como persona, además, que te permite conocerte mejor.
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